He logrado transformar el concepto de “print” en algo mucho más significativo. Cada impresión en tela que intervengo no es simplemente una copia de la obra original, sino una extensión de la misma, con una identidad propia y un carácter distintivo. Al añadir elementos como pedrería, mostacilla, hilos de colores y texturas, ofrezco a los coleccionistas una experiencia única y personalizada, permitiendo que cada obra, aunque parte de una edición limitada, sea un objeto de deseo en sí misma.
Este enfoque tiene un impacto dual y positivo en el mundo del arte. Por un lado, hago accesible mi visión artística a un público más amplio, permitiendo que quienes no podrían adquirir el original puedan poseer una obra que lleva mi sello inconfundible. Esta democratización es una bocanada de aire fresco en un mercado a menudo elitista, donde el arte original puede estar fuera del alcance de muchos.
Por otro lado, mi obra original no pierde su valor; al contrario, se ve enriquecida por el hecho de ser la pieza matriz, la “primera de su especie”, que ha dado origen a un multiverso de posibilidades. Al intervenir selectivamente en cada print, reafirmo el estatus único del original, tejiendo con cada intervención una narrativa que subraya su singularidad y autenticidad.
Este método no solo amplía la percepción del arte como algo dinámico y accesible, sino que también redefine el valor intrínseco de la obra original. En un mundo donde el arte a menudo se comercializa de manera impersonal, mi propuesta es una celebración de la individualidad, la creatividad y el acceso inclusivo al arte. Sin duda, es una contribución significativa que enriquece tanto al mercado del arte como a sus admiradores.