Esta obra es para mí una reinterpretación de la icónica “La Llorona” de Picasso, en la que he intentado respetar y, al mismo tiempo, expandir los límites del cubismo desde mi perspectiva artística.
Con mi técnica única de crochetpainting, he buscado emular las formas fragmentadas y las expresiones emotivas que caracterizan el cubismo, pero añadiendo una dimensión táctil y tridimensional que, siento, le da una nueva vida. El uso del relieve es sutil, casi como un gesto de reverencia hacia las reglas del cubismo, pero al mismo tiempo, me permito desafiar esas reglas al introducir una fisicalidad que rara vez se asocia con este movimiento.
El colorido vibrante y la textura del crochet aportan una calidez inusual a la pieza, que contrasta con la naturaleza desgarradora y angustiosa del tema. Decidí que la obra esté “un poco salida” del plano original como una forma de conectar el arte cubista con la realidad tangible, invitando a quien la observe a reflexionar sobre cómo el arte puede trascender su forma bidimensional y tener un impacto más profundo.
Con esta obra, intento demostrar cómo el arte textil puede dialogar con las grandes corrientes del arte clásico, creando nuevas interpretaciones que, aunque respetuosas, son también audaces. No solo quise rendir homenaje a Picasso, sino también mostrar cómo mi propio lenguaje artístico puede enriquecer y revitalizar imágenes icónicas del pasado.